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Arca fotográfica: Conejo de volcán

No muy lejos de la Ciudad de México vive la única población de uno de los conejos más pequeños del mundo: el conejo de volcán (Romerolagus diazi). Su nombre proviene del hecho de que viven únicamente en las altas laderas de cuatro volcanes en el centro de México.

Los pequeños conejos, que los científicos creen que son los más primitivos de todos los conejos y liebres vivos, tienen patas y pies muy cortos, así como orejas cortas. También tienen una cola vestigial apenas visible, una cola que se ha vuelto más pequeña con el tiempo y ha perdido su uso a través del cambio evolutivo. La coloración oscura de su pelaje se mezcla bien con los suelos rocosos y volcánicos de su hábitat. En promedio, pesan aproximadamente una libra y miden aproximadamente 30 centímetros (12 pulgadas) de largo.

Para sobrevivir, los conejos volcánicos dependen de zacaton bunchgrass, una hierba alta y densa que crece en grupos gruesos en las laderas alpinas donde viven los conejos. Los conejos volcánicos se lanzan a los pastos para esconderse de depredadores como comadrejas de cola larga, gatos monteses y halcones de cola roja.

Los brotes tiernos y jóvenes de zacatón también sirven como la principal fuente de nutrición de los conejos, aunque comen otras cosas, incluidas hierbas espinosas y corteza de aliso.

Los cambios en el hábitat están desafiando la supervivencia de este conejo escaso. El pastoreo excesivo de ganado vacuno y ovino en el Zacatón. Los agricultores incendian intencionalmente la tierra, quemando los pastos para promover un nuevo crecimiento en los pastos. Otros cortan las hierbas para fabricar paja y cepillo.

Además de eso, las carreteras están fragmentando cada vez más el hábitat de los conejos del volcán. Y aunque es ilegal cazar los escasos conejos volcánicos, las leyes a menudo no se aplican.

Por todas estas razones, los conejos volcánicos están catalogados como en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Pero hay esperanza. Recientemente, la población ha ido en aumento. Esto es probablemente debido a los esfuerzos de conservación que incluyen un mejor manejo de la quema y el pastoreo excesivo de los pastos en racimo y la aplicación de leyes contra la captura, venta y caza de conejos.