Fisiología del Tiro Hepático
En los deportes de combate, los luchadores a menudo se centran en apuntar a la cabeza para terminar la pelea. Una alternativa eficaz, sin embargo, es dirigirse al hígado. El hígado es un órgano que se encuentra en la cavidad abdominal derecha, inmediatamente detrás de las costillas inferiores. Si bien la caja torácica hace un buen trabajo protegiendo muchos órganos vitales, el hígado permanece parcialmente descubierto y expuesto al ataque. El impacto traumático en el hígado, a través de puñetazos, patadas o rodillas, puede ser terriblemente doloroso y puede incapacitar a tu oponente.
¿Cómo puede un golpe hepático causar este efecto?
Síncope vasovagal. El nervio vago inerva muchos órganos vitales y conecta el sistema nervioso parasimpático, también conocido como el sistema de» reposo y digestión». Debido a que el hígado es uno de los pocos órganos que quedan desprotegidos por las costillas, cuando se golpea con una fuerza suficiente, desequilibra el sistema nervioso parasimpático. Cuando el sistema se estimula de esta manera, causa una respuesta cardioinhibitoria (ralentiza la frecuencia cardíaca) y/o vasodepresora (gotas de presión arterial). Cuando esto sucede, se reduce el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede causar desmayos, confusión o parálisis temporal. La gente a menudo describe esto como sentir que sus cuerpos se apagan momentáneamente.
En el boxeo, un tiro de hígado a menudo ocurre cuando un luchador ortodoxo lanza un gancho de izquierda al cuerpo contra un oponente con una postura escalonada. En kickboxing o muay thai, esto también puede suceder cuando un luchador zurdo lanza una patada en el cuerpo de la pierna trasera o una rodilla a un oponente con una postura de espejo/abierta.
Muchos luchadores centran sus llamativos esfuerzos en la cabeza, pero el cuerpo tiene muchos otros puntos débiles, como el hígado, que se pueden explotar de manera efectiva para ganar la pelea.