Instituto de Salud del Suelo
NobleFoundation
En 2013, la Fundación Samuel Roberts Noble y la Fundación Agrícola, PFN, convocaron a líderes de opinión de la industria agrícola, agricultores, ganaderos, líderes de agencias gubernamentales y organizaciones no gubernamentales para examinar el estado actual de la salud del suelo y su papel en un ecosistema natural vibrante, rentable y sostenible. A medida que el grupo identificó cuestiones diversas y complejas con respecto a la salud del suelo, se hizo evidente que se necesitaba una organización orientada a la colaboración para encabezar la información precisa y basada en la ciencia, crear un sentido de urgencia y coordinar el liderazgo para el cambio. fundación del suelo
El Instituto de Salud del Suelo
es esa organización. Como organización independiente sin fines de lucro encargada de coordinar y apoyar la administración del suelo y promover la salud del suelo, el Instituto se centra en la investigación fundamental y aplicada. Reconocemos que la salud del suelo debe emerger como la piedra angular de las decisiones de manejo del uso de la tierra durante el siglo XXI porque el suelo saludable es la base de la vida y la sociedad, nuestro suelo cultivable restante se está degradando a un ritmo rápido y se espera que la población mundial supere los nueve mil millones para 2050, aumentando la demanda de producción agrícola y nuestros recursos naturales.
El Instituto está diseñado para pasar del laboratorio de investigación al campo agrícola, llevando a la industria, los agricultores, los ganaderos, las agencias gubernamentales, los agrónomos y los consumidores hacia el objetivo común de proteger y enriquecer nuestro hogar.
Escasez de agua
En los próximos años, Estados Unidos será testigo de un aumento de la sequía y de las precipitaciones extremas debido al cambio climático. Para 2100, los científicos predicen que
el 30% de toda la tierra se verá afectado por la sequía dados los niveles actuales de emisiones de gases de efecto invernadero, en comparación con el 1% actual. La sequía tiene un impacto negativo en la producción agrícola y ganadera, el hábitat de peces y vida silvestre, la calidad del agua, la calidad del aire, la erosión eólica, el almacenamiento de acuíferos y aguas superficiales, y el discurso civil relativo a los derechos sobre el agua.