Percival Lowell
Percival Lowell, (nacido el 13 de marzo de 1855, Boston, Massachusetts. ESTADOUNIDENSE murió Nov. 12, 1916, Flagstaff, Arizona.), astrónomo estadounidense que predijo la existencia de un planeta más allá de la órbita de Neptuno e inició la búsqueda que terminó en el descubrimiento de Plutón.Miembro de la distinguida familia Lowell de Massachusetts (era hermano de A. Lawrence Lowell y Amy Lowell), se dedicó (1883-93) a la literatura y los viajes, gran parte del tiempo en el Lejano Oriente, que describió en Chosön (1886), El Alma del Lejano Oriente (1888), Noto (1891) y el Japón Oculto (1895). Durante parte de este tiempo fue consejero y secretario de Relaciones exteriores de la Misión Especial Coreana a los Estados Unidos.
En la década de 1890, inspirado por el descubrimiento de Giovanni Schiaparelli de «canales» en Marte, Lowell decidió dedicar su fortuna y energía al estudio de Marte. Después de una cuidadosa consideración de los sitios deseables, construyó un observatorio privado en Flagstaff, Arizona. Lowell defendió la teoría, ahora abandonada, de que los habitantes inteligentes de un Marte moribundo construyeron un sistema de riego a nivel planetario, utilizando agua de los casquetes polares, que se derriten anualmente. Pensaba que los canales eran bandas de vegetación cultivada que dependían de este riego. Entre sus muchos libros sobre este tema se encuentra Marte y sus canales (1906). La teoría de Lowell, a la que durante mucho tiempo se opuso enérgicamente, fue finalmente puesta en reposo por la información recibida de la nave espacial estadounidense Mariner 4 cuando voló más allá de Marte en julio de 1965.
A principios del siglo XX Lowell realizó un elaborado estudio matemático de la órbita de Urano. Atribuyó ciertas irregularidades a la acción de un planeta invisible más allá de Neptuno y calculó su posición probable. En 1905 organizó una búsqueda sistemática del planeta por parte del personal de su observatorio, y en 1915 publicó sus «Memorias sobre un planeta Transneptuniano».»Catorce años después de su muerte, la búsqueda culminó en el descubrimiento de Plutón.