El potencial terapéutico de la melatonina: Una revisión de la ciencia
Resumen
La melatonina es un compuesto similar a un neurotransmisor natural omnipresente producido principalmente por la glándula pineal. Este agente está involucrado en numerosos aspectos de la regulación biológica y fisiológica de las funciones corporales. El papel de la melatonina endógena en las alteraciones del ritmo circadiano y los trastornos del sueño está bien establecido. Algunos estudios han demostrado que la melatonina también puede ser eficaz en el cáncer de mama, las enfermedades fibroquísticas de la mama y el cáncer de colon. Se ha demostrado que la melatonina modifica la inmunidad, la respuesta al estrés y ciertos aspectos del proceso de envejecimiento; algunos estudios han demostrado mejoras en los trastornos del sueño y el «anochecer» en pacientes con enfermedad de Alzheimer. El papel antioxidante de la melatonina puede ser de uso potencial para condiciones en las que el estrés oxidativo está involucrado en los procesos fisiopatológicos. La multiplicidad de acciones y la variedad de efectos biológicos de la melatonina sugieren el potencial de una variedad de usos clínicos y para mejorar el bienestar. Esta revisión resume la fisiología de la melatonina y discute los posibles usos terapéuticos de la melatonina.
La melatonina es un compuesto similar a un neurotransmisor que se encuentra ampliamente derivado principalmente de la glándula pineal. También se produce en varias otras áreas, por ejemplo, el tracto gastrointestinal. Una vez etiquetada como hormona maestra, se ha encontrado que está involucrada en numerosos aspectos de la regulación biológica y fisiológica.
Síntesis y Función fisiológica en Humanos
La melatonina es una hormona indol, ampliamente distribuida en fuentes vegetales y animales, como leche humana, plátanos, remolachas, pepinos y tomates. Químicamente, la melatonina es N-acetil-5-metoxitriptamina, un derivado de la serotonina, que a su vez se deriva del triptófano. La serotonina es acetilada primero por la N-acetiltransferasa (probablemente el paso que limita la velocidad) y luego metilada por la hidroxiindol ortometiltransferasa para formar melatonina. La síntesis de melatonina depende de la función intacta del receptor beta-adrenérgico. La norepinefrina activa la N-acetiltransferasa y los bloqueadores de los receptores beta deprimen la secreción de melatonina.
Las enzimas de la síntesis de melatonina son activadas y deprimidas, respectivamente, por la oscuridad y la luz. La liberación de melatonina sigue un ritmo circadiano (circa: about; dias: a day) generado por los núcleos supraquiasmáticos en respuesta a las alteraciones de la luz diurna.
A través de la liberación de melatonina, la glándula pineal mantiene el reloj interno que rige los ritmos naturales de la función corporal. Esta aparente propiedad de ajuste de reloj de la melatonina ha llevado a sugerir que es una sustancia «cronobiótica» que altera y potencialmente normaliza los ritmos biológicos y ajusta el tiempo de otros procesos críticos y biomoléculas (hormonas, neurotransmisores, etc.) que, a su vez, ejercen numerosas acciones periféricas.