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Escarpa de falla

Véase también: Escarpa

Las escarpas de falla a menudo contienen rocas muy fracturadas de consistencia dura y débil. En muchos casos, los acantilados se forman desde el bloque hacia arriba y pueden ser muy empinados. La altura de la formación de escarpa es igual al desplazamiento vertical a lo largo de la falla. Las escarpaduras activas generalmente se forman por desplazamiento tectónico, por ejemplo, cuando un terremoto cambia la elevación del suelo y puede ser causado por cualquier tipo de falla, incluidas las fallas de deslizamiento, cuyo movimiento es principalmente horizontal. Este movimiento suele ser episódico, y la altura de los acantilados es el resultado de múltiples movimientos a lo largo del tiempo. El desplazamiento de alrededor de 5 a 10 metros por evento tectónico es común.

Esta escarpa de falla fue creado por el 1959 Hebgen Lake terremoto. Foto tomada el 19 de agosto de 1959.

Debido a la elevación dramática a lo largo de la falla, la escarpa de la falla es muy propensa a la erosión, especialmente si el material que se eleva consiste en sedimento no consolidado. La intemperie, la pérdida de masa y la escorrentía de agua pronto pueden desgastar estos acantilados, lo que a veces resulta en valles en forma de V a lo largo de los canales de escorrentía. Las formaciones de valle adyacentes en forma de V le dan a los espolones de falla restantes una forma muy triangular. Esta formación se conoce como una faceta triangular; sin embargo, esta forma de relieve no se limita a los escarpes de falla.

Las escarpaduras de fallas pueden tener solo unos pocos centímetros o muchos metros de altura. Las escarpaduras de la línea de falla son coincidentes con fallas, pero generalmente se forman por la erosión de rocas más débiles que se han unido a otras más resistentes por el movimiento a lo largo de la falla. En el caso de antiguas escarpaduras de fallas erosionadas, la erosión activa puede haber alejado el acantilado físico de la ubicación real de la falla, que puede estar enterrada debajo de un talud, un abanico aluvial o los sedimentos del relleno del valle.