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Capítulo 18-Virus oncogénicos

Las primeras observaciones sobre una posible etiología infecciosa del cáncer surgieron a principios del siglo pasado. Ellermann y Bang en 1908 y Rous en 1911 transmitieron leucemias y sarcomas aviares, respectivamente, a través de extractos tumorales libres de células, lo que sugiere una etiología viral. Unos 50 años después se descubrió el primer virus tumoral humano. Sir Anthony Epstein, Bert Achong e Yvonne Barr observaron partículas virales en cultivos celulares de pacientes pediátricos ecuatoafricanos con linfoma de Burkitt; este virus fue llamado virus de Epstein–Barr (VEB) en honor a sus descubridores. En los años siguientes, un conjunto de pruebas experimentales demostró que el VEB era el agente causal del linfoma de Burkitt endémico y otras neoplasias. Actualmente, hay pruebas claras de que varios virus son oncogénicos para los seres humanos, y el primer siglo de investigación de virología tumoral ha culminado con el Premio Nobel de Medicina otorgado a Harald zur Hausen por el descubrimiento del virus del papiloma humano (VPH) como agente causal del cáncer de cuello uterino. Hasta la fecha, el VEB, el herpesvirus asociado al sarcoma de Kaposi, el VPH, el poliomavirus de células de Merkel, el virus de la hepatitis B, el virus de la hepatitis C y el virus linfotrópico de células T humanas tipo 1 han sido clasificados como agentes carcinógenos de tipo 1 por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer. Se estima que las infecciones son responsables de hasta el 15% de los casos de cáncer en todo el mundo y de alrededor del 20% en los países en desarrollo. Con el advenimiento de nuevas tecnologías que permiten la identificación genética, es muy probable que estas cifras sigan aumentando. La oncogénesis mediada por virus es el resultado de la cooperación de múltiples eventos, incluidos diferentes mecanismos vinculados al ciclo de vida viral. El conocimiento derivado del estudio de virus tumorales ha permitido la construcción de un marco biológico conceptual para entender no solo cánceres de origen infeccioso sino también de casi cualquier tipo de cáncer. Sin embargo, cambiar el pensamiento científico tradicional para aceptar la participación de agentes infecciosos en el cáncer fue difícil, principalmente porque los procesos biológicos involucrados no se ajustan a los principios dogmáticos de causalidad postulados por Koch. Las observaciones originales de Koch sobre la transmisión de agentes infecciosos agudos son difíciles de aplicar al cáncer debido a la naturaleza multifactorial del cáncer y porque los virus tumorígenos generalmente están presentes en una gran parte de la población sin causar enfermedad.